Al igual que ya hiciera en Abderramán III, Magdalena Lasala vuelve a trazar un espléndido fresco de la época andalusí al tiempo que ahonda, con un impresionante pulso dramático, en la compleja y contradictoria personalidad del legendario personaje. Almanzor (Torrox, 940- Medinaceli, 1002), el implacable guerrero cuya sola m ención cubría de pavor los corazones cristianos, se nos revela en esta obra como un hombre fundamentalmente ambicioso, que no dudó en sacrificarlo todo para alcanzar el gran objetivo de su existencia: ser el más poderoso en al-Andalus e imponer su dinastía en el trono de Córdoba.
Abderramán, el príncipe omeya relata las aventuras que tuvo que vivir Abderramán tras los despiadados asesinatos cometidos contra los miembros de su dinastía, los Omeya, en el siglo VIII de nuestra era. Tras lograr escapar de esta barbarie, y puesta a precio su cabeza, en este libro se narra la tenaz y posterior persecución a la que fueron sometidos él y Saffana, su yegua; su romance con Alohra, una joven beduina del Wadi Zuran; y su relación con las zenatas y bereberes del desierto hasta hacer su triunfal entrada en España y su posterior asentamiento, como nuevo califa, en la ciudad de Córdoba.