«Me llamo Juan de Aragón y Castilla, y estoy muerto». Así empieza la narración de Juan de Aragón y Castilla, príncipe heredero de las Españas, poderoso, casado con la hija del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, muy culto y con gran sensibilidad para las artes, y cuya prematura muerte cambió radicalmente la historia de España. En su agonía, un joven de 19 años, heredero del mayor reino de la cristiandad, recién casado, futuro padre, mimado y servido como nunca otro príncipe lo había sido… ¿cómo puede enfrentarse a su muerte con tanta serenidad y elegancia, teniendo que reconfortar al mismísimo rey Fernando? ¿Era tan santo? ¿El cronista oficial mintió o había otro motivo para semejante aceptación del fatal desenlace? Historiadores del siglo xix achacan tan temprana muerte a su débil salud, unida a una desmedida actividad sexual con su esposa Margarita de Austria, apodándole «el príncipe que murió de amor». Triste España propone una posible explicación para estas y otras preguntas, mezclando realidad y ficción dentro de una ambientación de gran fidelidad histórica.