Ambientada entre 1957 y 1964 en París, con el telón de fondo de la guerra de Argelia, la novela narra la historia de Saffie, una joven que, recién llegada a la capital francesa, comienza a trabajar como empleada del flautista Raphael Lepage. Su belleza y su aire ausente atraen irresistiblemente a Lepage, que se halla en los comienzos de una brillante carrera de concertista. Cuando Saffie conoce a András, un luthier húngaro que abandonó Budapest tras la revolución fallida contra los soviéticos, los destinos de los tres quedarán inesperadamente unidos. Como en Marcas de nacimiento, Huston no enjuicia ni condena a sus personajes, sino que los presenta en toda su vibrante dimensión humana, seres tan vulnerables a los caprichos de la Historia como a sus propios demonios personales.