Carlos Medrano Bucheau, capitán de los Arcabuceros Reales y procedente de los Tercios de Flandes, llega a la Corte por orden de su majestad Felipe IV…
—Capitán, vos habéis servido con lealtad a la corona. Tengo una importante misión para vos. Es recatada e considerada de alto secreto de Estado. Son asuntos delicados por razón a la falta de preñez de una dama que causa pesadumbre en el muy Católico e alto personaje de mi corte: doña Blanca de Espinosa, querida esposa del marqués Don Fernando de Soto Mayor.
—Majestad ¿Vuestras órdenes? —preguntó el capitán Medrano.
—Son deseos, capitán: servid los intereses de mi consejero, el marqués, y dad protección a su joven esposa. E con mis deseos, os ordeno cuidéis de las incursiones del Duque de Braganza e su esposa Luisa Francisca al Marquesado de Tierras Altas.
El capitán Medrano salió del salón del trono sin comprender las órdenes del monarca y, sin embargo, acató los deseos de su rey. Se encontró, así, dentro de la misión más importante de su vida. Muchas muertes, odios y venganzas motivó la protección de la dama… y traiciones por los deseos del duque de Braganza de ser coronado rey de Portugal, con ayuda de la Casa de Medina-Sidonia…
Historia y ficción se funden en esta novela de Manuel Ortiz Pérez, para contar las peripecias de Don Carlos Medrano Bucheau. Proteger a una dama es la misión que se le encomienda, una tarea que hará correr ríos de sangre en la Sevilla del siglo XVII.