En 1886 el griego E. Royidis resucitó la leyenda medieval según la cual Juan VIII, que fue papa durante el siglo IX, habría sido en realidad una mujer inglesa. Durrell tradujo y recreó el texto griego para rescatar esta obra irreverente, insólita.
Este interpretacion de la historia del papa desató en su momento la ira de las autoridades eclesiásticas, lo que contribuyó a convertir esta novela en una obra mítica