En los tristemente famosos juicios de Salem contra 200 acusados de practicar ritos de brujería había muchos niños y jóvenes. Sarah, apenas una muchach, es encarcelada junto con sus hermanos pequeños y obligada a vivir en condiciones infrahumanas. Su delito: ser hija de una mujer ahorcada por bruja, acusación que negó hasta el último momento.