El joven Juan García regresa a las tierras vizcaínas de su familia, los Basondo, llamado por su abuelo Martín para que esclarezca los terribles crímenes que se están cometiendo en la comarca. Allí, sufre el rechazo del resto de la familia, que no tiene ningún interés en que se resuelvan las muertes. Además, encuentra grandes dificultades a la hora de amoldarse a la que una vez fue su tierra y que abandonó en su niñez; una tierra dura, oscura y peligrosa. La única ayuda que recibe, llega de la mano de Esteban Otxoa, «el lobo», veterano jefe de armas de la casa de los Basondo, curtido en mil batallas, que se convierte en su guía y protector. Nos encontramos en la segunda mitad del siglo XV, un tiempo en el que Bilbao —que se contrapone al arcaico mundo rural predominante— crece con pujanza, toma fuerza y no duda en defender con violencia sus intereses frente a sus distintos competidores. A medida que el lector se sumerge en la narración, va descubriendo un mundo cruento, en el que las diferentes familias vizcaínas están enfrentadas desde tiempos inmemoriales, fruto de odios ancestrales e intereses económicos, y en el que solventan sus diferencias por medio de la espada; traiciones, celadas y venganzas se suceden de forma trepidante y te atrapan desde la primera línea.