Entretanto, en una pequeña aldea del imperio, un sacerdote ha leído en los astros que Nemrac, una joven de ojos como esmeraldas, está llamada a ser Hija del Sol. Llenos de emoción ante tal honor, los padres de la joven, Nuba y Airún, emprenderán un camino sin regreso hacia el Templo del Inticancha, donde la niña deberá cumplir con su destino. Durante el duro viaje, Nuba perderá a su mujer y a su hija; descubrirá que la realidad puede ser terrible y al mismo tiempo hallará el valor necesario para oponerse a la fatalidad y tratar de reunirse de nuevo con Airún y Nemrac. Esta aventura requerirá no sólo todo su esfuerzo, rigor e ingenio, sino también un enorme crecimiento espiritual que le ayude a aceptar y comprender el esquivo sentido de la vida.
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