Feroces y rápidos, armados con equipo ligero, combatían a pie en orden abierto, con extrema crueldad, y entraban en combate bajo la bandera con cuatro barras de Aragón y el grito de combate “Desperta Ferro”. En campo abierto nunca fueron vencidos.
Considerados meros mercenarios, ávidos, de matar, violar y saquear, y tras el asesinato de Roger de Flor, arrasaron Grecia. Fue la famosa venganza catalana. Pero todos sus enemigos comprendieron demasiado tarde que su objetivo real no era el pillaje, sino conseguir un estado propio. Y lo consiguieron: su nombre fue Ducado de Atenas, y en la ciudad ondeó la bandera catalana… Fue, y aún es, Neopatria.
Entremezclando realidad y ficción con gran maestría, Ildefonso Arenas nos transporta al siglo XIV, al interior de una columna almogávar para, con ritmo ágil y prosa brillante, narrarnos lo que fue, sin duda, una de las grandes aventuras de la historia, unos hechos políticos y militares tan extraordinarios como inverosímiles…
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