En la sociedad japonesa del siglo VXII, la figura de la mujer queda eclipsada por la del varón, a la sombra de valores como el deber, la lealtad, el honor o la familia. Una incipiente clase de comerciantes y artesanos cobran importancia, mientras daimyos y samuráis pierden posiciones y el emperador se convierte en un elemen to decorativo. La protagonista, Umiko, nos cuenta cómo se acercó al mundo de las artes de la mano de Mitsui, uno de los nuevos burgueses, y su experiencia del amor junto a un samurái retirado, dedicado al zen y a la vida contemplativa. Descubrirá, al tiempo que nos transmite el relato de su vida, el sentido de su propia existencia. Tal vez aprendamos con ella que la vida sólo puede ser comparable a la inmensidad del mar.
Deja una respuesta