Año de 1142. Toda Inglaterra está desolada por la guerra civil. En la abadía de San Pedro y San Pablo también surge un conflicto interno. Tras la muerte de Ricardo Ludel, señor de Eyton, su hijo de diez años, alumno de la abadía y también llamado Ricardo, se convierte en su sucesor. Su abuela, Dionisia, trata de imponerle un matrimonio de conveniencia al que él se resiste. Entretanto, la llegada a la abadía del ermitaño Cutredo, hasta entonces establecido en el bosque de Eyton, coincide con una serie de desdichas que afectan a la vida de los monjes, y se empieza a temer que estas sean consecuencia de la ira divina. Pero fray Cadfael pronto averiguará que son obra de un despiadado asesino.
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