En el turbulento siglo VI, el Imperio Romano de Oriente, gobernado por el emperador Justiniano, se enfrenta al ataque de los bárbaros, a un enrarecido ambiente en palacio, a las luchas intestinas entre facciones rivales en las calles de Constantinopla, a violentas controversias teológicas que amenazan con disgregar el imperio… Sólo un hombre puede salvar la situación: el conde Belisario, ejemplo de nobleza y valor, cuyo nombre pronto aprenden a respetar y temer los bárbaros que se enfrentan a las tropas imperiales.
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