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En los siglos XVI y XVII se produjeron muchas guerras, mayormente por culpa de las controversias religiosas. Lutero, Calvino, Wesly, Cox y otros, fueron los principales generadores de estos importantes enfrentamientos , unos por seguir y apoyar la religión de estos protestantes y otros porque se apoyaban en ellos para disimular su interés en otros asuntos. La codicia de países que no entraron en el reparto de las tierras encontradas en el Atlántico, de las cuales España se creyó con mas derecho por ser su descubridora , por haber financiado la operación y ser el reino más decidido, además de las continuas inversiones efectuadas para seguir con los descubrimientos, buscando principalmente especias, aunque después además encontrásemos otras riquezas, tales como el oro y la plata y alimentos que desconocíamos, ya que los nativos ignoraban el valor que tenían en Europa. Todo esto, nos sirvió para obtener mucha riqueza. Las riquezas que nos proporcionaron las provincias de Indias, nos ayudó a sobrellevar el gasto tan fabuloso que supuso el enfrentamientos con otras naciones europeas, Países Bajos, Inglaterra, Francia y otras, para defensa de nuestra fe católica , nuestras tierras heredadas y por las envidias que suscitaron nuestros descubrimientos. Por aquel entonces los hombres eran llamados a filas continuamente, volvían de nuevo a los enfrentamientos porque era prácticamente el único medio de vida que tenían, una gran porción de estos hombres vivían de estos enfrentamientos, algunos consiguieron honores y prebendas debido a su suerte y su comportamiento. Pero una gran mayoría quedaron en los campos de batalla para nunca más volver. Las guerras eran tan seguidas que no había tiempo de reponerse. Los estudios, los trabajos continuados, la investigación y otros, quedaron rezagados, Los habitantes del país fueron en una gran proporción analfabetos. Por las razones que existían, tuvieron que dedicarse al pillaje, al robo y hasta el asesinato. Los que por fortuna pudieron apoyarse en padres o familiares para hacer estudios y eran aprovechados, consiguieron posiciones que les redimía de volver a dichas guerras. En esta parte entra la historia de Don Iñigo Martín de Salobreña que supo aprovechar las ayudas recibidas de su familia y lo que le enseño la vida. Sin embargo no se pudo salvar de ir a todas las guerras durante 20 años. Un hombre bien parecido, de gran estatura, cuando en España la media estaba en 1,65 cms, de hablar educado y charla simpática y agradable, tenia la facilidad de que las mujeres no le ponían muchos impedimentos y por esta razón se vio envuelto en continuos amoríos sin proponérselo. Un hombre con gran sentimiento, amabilidad, simpatía y agradable trato logró pasar aquellos años con valentía, arrojo y armonía. Fue reconocido en toda la escala social como hombre merecedor de profunda camaradería que le ayudaron a solventar todos los problemas que le surgieron a lo largo de su agitada vida.
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