Atenas, siglo XII. Una familia ortodoxa lucha por sobrevivir trabajando como alfareros. Pero ante la imposibilidad de lograr una vida más digna emigran al confín del mundo europeo, Yayyán (Jaén), donde se establecen. El primogénito, Pancracio, cae en manos de los cruzados cristianos, que lo llevan prisionero a la fortaleza de Calatrava. Allí, dados sus buenos conocimientos en lenguas, es puesto a disposición del abad, quien le promete la libertad a cambio de la traducción de una serie de libros. Éste será el primer paso de una trayectoria que le llevará a ser el escribano del canciller mayor de Castilla, lo que le permitirá presenciar y anotar los acontecimientos más importantes de la época.