Junio de 1626. Una niña de cuatro años vaga por el bosque de Anet. Su nombre es Sylvie de Valaines y su familia acaba de ser asesinada, tal vez por orden del cardenal Richelieu para recuperar ciertas cartas comprometedoras.
Un muchacho de diez años la recoge y la pone a salvo. Se llama François de Borbón-Vendôme, príncipe de Martigues. Criada entre los Vendôme, Sylvie se convertirá en doncella de honor de la reina Ana de Austria y será amiga de Mademoiselle de Hautefort, con quien compartirá el peligroso secreto del nacimiento del futuro rey. Ella misma, a los quince años, habrá de enfrentarse a los temibles poderes de Luis XIII, del cardenal Richelieu y del misterioso asesino de su madre.
Obligada a casarse con el abúlico y complaciente La Ferrière, y tras un encuentro terrible con el hombre al que llaman el “verdugo del cardenal”, logra escapar y, como en otro tiempo, encuentra a François en su camino. Pero en adelante será preciso volver a ocultarse, ya que los enemigos de la joven no descansan. François, por su parte, piensa únicamente en el odio que le inspira Mazarino, un odio que hará de él uno de los jefes de la resistencia, conocido por el pueblo entusiasta como el “rey de Les Halles”.
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