En un ciclo fantasmal de eterno retorno, este desmesurado personaje real cobra vida después de su muerte, como símbolo del imperialismo español y de la historia y el presente de América latina.
Escrita con prosa barroca y desbordante de rica fantasía, integra junto con Los perros del paraíso, El largo atardecer del caminante y Los heraldos negros la serie del descubrimiento de América.
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