Desde la antigua Hispania hasta los territorios más ricos de Italia y Siria, con el Mediterráneo como mar interior, el Imperio Bizantino domina el mundo civilizado hasta los confines del norte, donde los hunos desafían las gloriosas conquistas del general Belisario. Sin embargo, en los palacios de Constantinopla son muchos los que consideran al emperador Teodosio una persona débil, incapaz y demasiado tolerante ante la disidencia religiosa y los enemigos bárbaros. Y mientras en la corte aumentan las intrigas políticas, en Tiro, el antiguo centro comercial del mundo cartaginés, la esclava Demetrias, la más diestra de las tejedoras de seda del imperio, ha recibido la orden de confeccionar un manto de color púrpura para uso exclusivo del emperador. Pero al cumplir su cometido, la humilde artesana se ve inmersa en una conspiración para derrocar a Teodosio. Así pues, el destino de Demetrias quedará íntimamente ligado al devenir de un imperio socavado por la ambición de quienes juraron defenderlo.
Obligada por su origen noble a contraer matrimonio con el cruel gobernador Festino, la joven Caris de Éfeso huye en dirección a Alejandría disfrazada de eunuco. Su sueño es estudiar el arte de Hipócrates y dedicarse a la medicina, un sueño imposible para una mujer en el año 371 d.C. No obstante las dificultades, Caris logra convertirse en médico y, gracias a sus conocimientos, acercarse a las más altas esferas del poder en pleno ocaso del Imperio romano. Basando esta trama en una detallada descripción de la medicina hipocrática y, por encima de todo, en una cuidada y rica ambientación en la mítica Alejandría, Gillian Bradshaw ha escrito una novela de ágil lectura y gran interés histórico.