Desde el verano de 1967 al invierno de 1968, el pueblo checoslovaco experimentó una serie de profundos cambios, primero librándose de una dictadura totalitaria y luego viendo cómo la sobrecogedora invasión rusa aplastaba sus esperanzas de una vida mejor. Durante la ocupación que siguió a la invasión de agosto de 1968 se reinstauraron las señas más opresivas del viejo régimen estalinista: policía secreta, censura, restricciones para viajar, informantes… Siete estaciones recrea esta tragedia, plasmando el impacto que aquellos hechos traumáticos tuvieron para la gente de Praga. Dubcek, el líder comunista liberal que se convirtió en el símbolo de la esperanza de reforma para Checoslovaquia cuando reemplazó a Novotny como jefe del Partido, permanece en el centro de la acción política hasta la erosión final de su poder durante la ocupación. En este marco, Peter Forbath (quien vivió en Praga durante la crisis checoslovaca) ha entretejido una serie de personajes ficticios que hacen la revolución, combaten por ella en las barricadas y sufren su destrucción en sus propias carnes y almas: Pavel Adamek, escritor teatral checo y comentarista de radio, se convierte en líder de la resistencia clandestina; Karla Silvanova, actriz eslovaca y amante de Adamek, que busca escapar de los fantasmas del terror estalinista; Andrew Chase, periodista americano que se ve arrastrado por las pasiones e intrigas de una época caótica; Rudolf Sedlacek, importante aparachik del Partido, cuya astucia acaba convertida en cobardía; y Milan Benda, universitario militante ansioso por morir en las barricadas. Peter Forbath combina historia y ficción en la creencia de que una apoya a la otra y de que juntas expresan a la perfección la esencia y la tragedia de aquellas siete estaciones en Checoslovaquia. El resultado, ayudado por la evocación de Peter Forbath del paisaje checoslovaco y la belleza medieval de Praga, es una novela rica y memorable.